A través de los años la sociedad ha vivido innumerables cambios que han aportado significativamente a la percepción del poder y valor del género femenino, dándole a las mujeres cada vez una voz más fuerte y clara. La lucha por la validación de derechos, oportunidades y equidad para las mujeres ha sido un camino largo, que hoy más que nunca debe ser visibilizado y escuchado en todas partes del mundo.

El 8 de marzo de 1908, 129 trabajadoras de la fábrica Cotton en Nueva York fallecieron en un incendio, después de mantenerse en una huelga para exigir una reducción de jornada laboral a 10 horas, igualdad en salario y mejora de las condiciones de trabajo; este hecho histórico marcó un parteaguas en la lucha por la equidad de género, y, fue hasta 1977 que la ONU declaró oficialmente el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer aunque la celebración de dicho día se conmemoró desde 1911.

Aunque ésta causa ha ganado mucho terreno en los últimos 50 años, la búsqueda por la verdadera ecuanimidad entre hombres y mujeres, sigue siendo uno de los temas más importantes de esta generación; hoy más que nunca podemos visualizar las grandes diferencias no físicas que aún existen entre hombre y mujeres, como lo es, la disparidad de salarios en casi cualquier ámbito laboral.

Este 8 de marzo, es un día no sólo para conmemorar a todas las mujeres, hoy la reflexión debe ser esencial, recapitular en nuestra historia, en nuestra lucha y reforzar el pensamiento de paridad en nuestro círculos sociales y por supuesto en próximas generaciones.

“Si uno cree estar limitado por su género, raza u origen, se volverá aún más limitado”. – Carly Fiorina